viernes, 13 de julio de 2012

El Sabor del Mundo



Dos impresiones me surgen del libro de David Le Breton sobre la antropologìa de los sentidos. Por un lado, la lectura de este libro me procura una gran apertura mental hacia las diferencias culturales en cuanto a detalles relacionados con los sentidos. Por otra parte, este libro intensifica mi angustia por la naturaleza biológica de mi ser, por el material tan frágil y perecedero que es la carne. Si logro sobrevivir y llego a adquirir la posibilidad de migrar mi mente y mi identidad hacia un cuerpo sólido e incorruptible, no creo tardar en decidirlo. Los placeres fisiológicos no son más que una necesidad saciada por nuestro organismo precario. En principio, me contento con el placer intelectual*, si logro al menos migrar mi cerebro.

Nota de 3/3/2017: No veo qué placer no es fisiológico, por más que el estímulo entre por el pensamiento.

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