viernes, 11 de enero de 2013

Sueños

Los sueños, ocasionalmente profundos, me dejan en un estado de no sé qué. Siento que provocan nostalgia en todo; o si no es nostalgia, es algo que no puedo describir pero que parece agolparme la memoria con gran potencia y de un modo extraño cualquier cosa que haya vivido. Por más que sean hechos triviales, el sueño los hace intensos; por más que hayan sido sucesos inmediatos, el sueño los hace milenarios. Por aparente capricho el sueño puede tomar de mis recuerdos un instante inocente en el cual agarré un vaso de agua y transformarlo en algo angustiante, en algo pavoroso, o quizás en una voluptuosa emoción. 

¿Cómo desentrañar ese azar inescrutable que nos acontece cada vez que abandonamos el mundo al sumirnos en el sueño? Y si no existiera el sueño, ¿qué nos garantiza multiplicar las experiencias de la vida? Hay quienes piensan que el sueño es tiempo muerto en nuestras vidas, cuando en realidad de la más vida a la vida.

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